viernes, 25 de marzo de 2016

Sobre deberes y lingüística

Hoy no pude completar una encuesta. Ante una pregunta en particular, me quedé atónita. No lograba asir su significado. Creía poder hacerlo pero, finalmente, concluí que mi confusión se debía una ambigüedad del lenguaje castellano y no era mi papel resolverla. Así fue que ante la posibilidad de contestar una cosa que no me representara fielmente, opté por la salida más fácil: el puntito del medio. Aquel indiferente “ni-fú-ni-fá” alejado de los extremos, el 5 en la escala del uno al diez, el intermedio entre mucho y nada...

La pregunta, bajo una apariencia sencilla, era pretenciosa. Rezaba: “¿Cree usted que la mujer debe invertir más tiempo/energía en su aspecto físico que el hombre?”. Lo primero que pensé fue “Claro que sí.”  Pero hacía falta aclarar bajó qué circunstancias. De acuerdo a los cánones actuales de belleza y las circunstancias de mayor-o-menor presión social del entorno (siempre presente), la mujer se siente (¿está?) obligada a cumplir con ciertos estándares –impuestos en parte desde el exterior y modulados por la propia visión que tiene de sí misma y lo que ha aprendido como correcto-.”

 Muy pronto me di cuenta de que el corazón de la frase estaba en la palabra deber.

 Si hubieran aclarado “según los estándares de belleza actuales en su región específica y según las circunstancias de presión del entorno”, entonces no hubiera dudado en una enfática cruz sobre el “Mucho”. Sin ese agregado, la respuesta afirmativa quedaba como apoyo de la visión del deber inherente a la mujer. Del deber “sólo” de la mujer. Y de la mujer, en oposición al hombre. (El sistema binario obsoleto sigue aún en uso, pero eso lo dejo para otro capítulo). 

En inglés se tiene la palabra “duty” (sust. masc.) que designa algo que debe ser cumplido (una tarea, un “deber”, una misión) y también se tiene el verbo modal “should” (un verbo que sólo aplica a un tiempo específico y) que se traduce como “debería”. En castellano, sin embargo, sólo tenemos “deber”: al mismo tiempo un verbo y un sustantivo. ¿Será que tener dos palabras en una confunde?

El deber de la tarea (mandato o acuerdo de la sociedad) se confunde con el deber ser  que tiene cada unx en su cabeza respecto de cierto tópico. Opiniones mezcladas con tareas o mandatos de oficio, profesión o, en este caso, género.

Qué rollo, hermanxs.