sábado, 30 de noviembre de 2013

Errar sí. Ser errante, no.

No existe el error del cual no se aprenda. Errar, por definición, es sinónimo de “desacertar”.  Un examen que unx reprueba, una comida que se nos quema… son ejemplos de planes en los que hemos fallado o que no nos han salido de acuerdo a nuestras expectativas. Esto se puede deber a varios factores de distinta índole y, para progresar en la dirección que deseamos, tenemos que identificarlos.
En una segunda oportunidad dedicaremos más tiempo al estudio (o trataremos con otros métodos) y prestaremos mayor atención al tiempo de cocción y la temperatura del horno. Si aún no nos resulta a la perfección, podremos ir variando y, con toda certeza, nos acercaremos cada vez más al resultado deseado. Lo importante es perseverar en la tarea.

Muy distinto, aunque suene parecido, es el “ser errante”. Esto implica el “ser vagabundo, ambulante, sin domicilio cierto”; es decir, ir de una parte a la otra sin rumbo asegurado.

Claro que todxs hemos tenido momentos en los cuales sentimos una falta de dirección (sobre todo, en períodos como la adolescencia o durante alguna crisis personal). Podemos ser errantes, pero lo importante es que esto no se prolongue en el tiempo, pues no trae consigo satisfacción alguna.

 Para llegar a un lugar (siendo esto es necesario para el desarrollo personal) no siempre es necesario saber de antemano qué camino vamos a tomar, pero sí debemos tener metas planteadas (ya sea a corto, mediano o largo plazo)…el camino, se ve muchas veces sobre la marcha. Pero, en cambio, si no se sabe a dónde se va, se puede tomar una dirección cualquiera y terminar al otro lado del planeta. Luego, si no la pasa bien ahí se preguntará (o le preguntarán) por qué diablos fue. Al no encontrar motivos o responsables más allá de la dirección en la que sopló el viento el día en que partió, podrá reconocer que no sólo no la pasó bien sino que no sacó provecho alguno de la situación. Sin fines de crecimiento personal que direccionen las energías que usamos en el trayecto, no encontraremos más que un vacío enorme y una falta de resarcimiento.


Claramente, tenemos que trazar un mapa para [¿llegar a?] la felicidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario